El estrabismo es la incapacidad de los ojos para mantenerse alineados y funcionar en conjunto. Se trata de una dolencia de consideración que, dependiendo de los casos, puede tratarse con cirugía. Pero antes de pasar por quirófano, resulta de vital importancia estudiar bien la funcionalidad del ojo. Para ello, lo mejor es ponerse en manos de un profesional.
Hay dos tipos de estrabismo: aquel en el que el ojo, por así decirlo, se va hacia fuera (exotropia) o en el que es va hacia dentro, hacia la nariz (endotropia). Esta dolencia puede darse por varios motivos. Uno muy habitual pero poco conocido tiene lugar en el parto. Cuando el alumbramiento se realiza con ventosas, muchas veces los huesos de la cabeza no quedan bien colocados, lo que acaba derivando en un estrabismo. Para tratar de evitar estos problemas, sería recomendable que un osteópata tratase a los bebés tras ese tipo de partos.
El estrabismo también se asocia a hipermetropías altas. Hay un porcentaje alto de estos casos en los que con la graduación exacta los ojos se alinean. Cuando no sucede así, la única solución está en la cirugía. Si bien, esta opción no es válida para todos los pacientes. Cada caso es único y hay que estudiarlo individualmente.
Uno de los principales problemas que nos encontramos en los pacientes que padecen estrabismo es que el ojo desviado deja de funcionar. ¿Por qué? Pues porque al no estar alineados, veríamos doble. El cerebro no puede soportar esa sensación y, para evitarla, “apaga” el ojo. Por eso, antes de pasar por quirófano es primordial que se corrobore que ambos ojos funcionan coordinadamente; es decir, como un verdadero equipo y esto solo se puede conseguir con una terapia visual previa a la operación.
Para diagnosticar el estrabismo es fundamental ponerse en manos de un profesional. Si bien, hay algunos detalles que pueden hacernos sospechar. Uno de los más evidentes es la desalineación visible del ojo, bien hacia adentro o hacia afuera.
Algunas veces es el propio paciente el que se da cuenta que está viendo doble. En niños, es habitual que cuando lo empiezan a padecer tengan distorsiones en la visión. Que digan que ven a un familiar con dos cabezas o ver dobles las letras. Este tipo de situaciones lo que deben hacer es invitarnos a acudir a nuestro óptico de confianza.
