Un bebé en sus primeras semanas tendrá una visión similar a una miopía elevada: percibe formas, tamaños y colores chillones. Solo puede distinguir objetos entre los 20 y 35 centímetros de distancia.
Es importante para ti saber que los ojos de los recién nacidos no están completamente desarrollados para distinguir las formas, los colores con nitidez y hacer enfoque, debido a que todavía ni el cerebro ni los ojos se han adaptado al nuevo ambiente al que se expondrán por el resto de su vida.
Durante las primeras semanas de vida, teta de la madre y su rostro se convierten en las imágenes más valiosas. Por lo demás, el bebé siempre tendrá una mirada perdida, dado que no puede enfocar. Ya en el segundo o tercer mes, adquiere la profundidad focal, lo que le permite tener mayor interacción con los elementos a su alrededor.
Ejercicios para estimular la vista de los bebés:
- Utiliza objetos llamativos y coloridos: juguetes, pelotas, peluches, sonajeros… Gracias a ellos, el bebé se irá familiarizando con distintas formas y volúmenes.
- Utiliza tus manos: haz sombras y figuras cerca de tu niño. Verás cómo le presta atención a cada una de las formas que creas.
- Muéstrale libros infantiles: así se irá habituando a los distintos colores. También puedes hacerle dibujos de colores.
- Enséñale fotos: cuando su vista esté algo más desarrollada, el niño será capaz de distinguir entre las personas en las fotos e incluso reconocer a algunas.
- Desvía un ojo
- Guiña repetidamente el mismo ojo
- Inclina la cabeza al prestar atención
- Se acerca mucho a los objetos al mirarlos
- Tiene la mirada fija y no sigue los movimientos
- Tiene dificultad para abrir los ojos en un entorno luminoso
- Tiene los ojos rojos frecuentemente o se los frota a menudo
- Parpadea más de la cuenta