La visión y la alimentación parecían no relacionarse, sin embargo. El caso de un chico que quedó legalmente ciego luego de una mala dieta levantó cuestionamientos acerca de este tema.
El Dr. Andrew G. Lee, un neuroftalmólogo del Blanton Eye Institute, del Hospital Metodista de Houston. Afirma que si hay relación entre estos dos vectores.
“Las deficiencias en la dieta son raras en el mundo desarrollado porque es fácil el acceso a alimentos nutritivos y fortificados con vitaminas”, sostiene el Dr. Lee. “Pero puede darse el caso en pacientes médicamente desnutridos (por ejemplo, los alcohólicos crónicos), los que son estrictamente vegetarianos o personas que tengan trastornos alimentarios, los que han tenido cirugía gastrointestinal (por ejemplo, procedimientos bariátricos) o con trastornos alimenticios (por ejemplo, anorexia nerviosa)”.
Los padres del adolescente lo llevaron inicialmente al médico porque se quejaba permanentemente de cansancio. Era una persona “caprichosa en su alimentación”, pero los exámenes mostraron que tenía un peso corporal normal y ningún signo visible de desnutrición. Se le prescribieron inyecciones de vitamina B12 porque los exámenes sanguíneos mostraron que tenía anemia y bajos niveles de vitamina B12.
En el curso de un año, sufrió una pérdida auditiva y una limitación visual. Desafortunadamente, perdió la vista antes de que se hubiera podido descubrir la causa real de sus quejas. Tenía inanición de la retina por años de comer únicamente papas fritas, pan blanco y cerdo procesado. Los médicos llegaron a la conclusión de que su “caprichosa dieta” fue la causa de la deficiencia de vitamina B12, los bajos niveles de vitamina D, cobre y selenio, los altos niveles de zinc, la reducción de la densidad ósea y una severa neuropatía óptica, que le robó la visión.
Según el Dr. Lee, “Este caso demuestra que uno puede quedar ciego no solo por lo que come (es decir, puede sufrir una neuropatía óptica tóxica por beber alcohol destilado de forma ilegal (metanol) o por consumir productos con residuos de plomo, mercurio o arsénico) así como por lo que no consume”.
Hace mucho tiempo que los médicos saben que una buena nutrición beneficia todo el organismo, incluyendo los ojos: Asegúrese de incluir las siguientes cinco cosas en su dieta para promover una visión sana:
- Vegetales de hoja verde. La col rizada y la espinaca tienen alto contenido de luteina y zeaxantina. Otros vegetales con cantidades significativas de luteína y zeaxantina incluyen la lechuga romana, las coles, las hojas de los nabos, el brócoli y las alverjas.
- Frutas cítricas. Las naranjas, las mandarinas, las toronjas y los limones tienen alto contenido de vitamina C, un antioxidante crítico, para la salud ocular. Muchos otros alimentos contienen vitamina C, incluyendo los duraznos, el pimentón rojo, los tomates y las fresas.
- Los granos. Todo tipo de granos incluyendo las alverjas de ojo negro, los fríjoles y las habas contienen zinc y rastros de minerales esenciales que se encuentran en altas concentraciones en los ojos. Otros alimentos altos en zinc incluyen las ostras, la carne roja magra, el pollo y los cereales fortificados.
- Pescado de agua dulce fría. La investigación muestra que las dietas ricas en ácidos grasos omega-3 provenientes del pescado de agua fría ayudan a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades oculares más tarde en la vida. Estos pescados incluyen salmón, atún, sardinas e hipogloso.
- Los vegetales y frutas color naranja. Las zanahorias tienen alto contenido de betacaroteno, un nutriente que ayuda a la visión nocturna, así como otras frutas y vegetales color naranja como las batatas, los albaricoques y el melón cantaloupe.
Fuente: Academia Americana de Oftalmología
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