La exposición solar excesiva no solo afecta la piel, sino también los ojos, que son particularmente vulnerables a los daños provocados por la radiación ultravioleta (UV). Aunque es común el uso de gafas de sol, existen otras recomendaciones importantes para proteger nuestra visión.
¿Qué sucede si miramos directamente al sol?
Según la mitología griega, Ícaro voló demasiado cerca del sol con alas de cera, lo que provocó su caída al mar cuando estas se derritieron. Si bien esto es solo una leyenda, la realidad es que mirar directamente al sol puede tener consecuencias muy serias para la salud ocular. El sol emite una gran cantidad de luz UV, que puede causar daños irreversibles a la retina, una condición conocida como retinopatía solar. Esta puede provocar puntos ciegos permanentes y pérdida de visión.
La retina, al no tener receptores de dolor, no puede advertirnos del daño que está ocurriendo, por lo que los efectos pueden aparecer horas después de la exposición, incluyendo visión borrosa, distorsionada o la aparición de manchas oscuras.
Riesgos de la exposición ocular sin protección
- Los rayos UVA y UVB, aunque en diferentes proporciones, son ambos dañinos. La exposición sin protección adecuada puede llevar a:
- Keratitis actínica o fotoqueratitis: Quemaduras en la córnea y la conjuntiva que causan dolor, enrojecimiento y sensación de arena en los ojos.
- Cataratas: Aceleración en el desarrollo de opacidades en el cristalino, principal causa de ceguera.
- Degeneración macular: Deterioro de la mácula, esencial para la visión central, afectando actividades como leer y reconocer rostros.
- Pterigión: Crecimiento anormal de tejido conjuntival sobre la córnea, que puede interferir con la visión.
- Cáncer de piel en los párpados: La piel alrededor de los ojos es susceptible a cáncer debido a la radiación UV.
Consejos para proteger tus ojos del sol
- Gafas de sol con protección UV: Asegúrate de que bloqueen el 100% de los rayos UVA y UVB. Busca etiquetas que indiquen «100% protección UV» o «UV400».
- Monturas envolventes: Ayudan a proteger la piel de los párpados y los lados de los ojos.
- Sombreros de ala ancha: Proveen sombra adicional.
- Evitar el sol en horas pico: La radiación UV es más intensa entre las 10:00 y las 16:00 horas.
- Precaución en entornos reflectantes: Agua y arena aumentan los efectos de la luz solar.
- Protección para niños: Sus ojos son más sensibles; deben usar gafas de sol y sombreros.
- Renovar gafas dañadas: Las gafas de sol pierden efectividad con el tiempo y el uso, especialmente si están rayadas o dañadas.
Si notas síntomas de daño ocular o simplemente quieres prevenir problemas futuros, ¡te invitamos a visitarnos y solicitar tu cita oftalmológica! Nuestro equipo de especialistas está aquí para brindarte el mejor cuidado y asesoramiento.